El post de Aye me dejó pensando. Pensaba en esos pequeños momentos que nos alegran la vida. Y me acordé del otro día, en el subte. Dos músicos callejeros se cruzaron en un vagón. Aparentemente no se conocían. Intercambiaron sonrisas, historias. Y mientras uno tocaba su repertorio, el otro improvisaba acompañándolo y viceversa. Fue un momento especial, difícil de describir. Unos pocos minutos en los que nada importaba, sólo la música. Fue como una luz entre tanta oscuridad.
Viste? Cuando pasa eso te dan ganas de no bajarte!
ResponderEliminarBesos!